Ya sabemos que nos encontramos en un proceso de transición hacia una movilidad mucho más sostenible, en la cual la totalidad de vehículos se prevé que sean eléctricos o híbridos enchufables. Esto hace que los coches con motor de combustión interna, como son los impulsados por gasolina y diésel, vayan desapareciendo poco a poco del panorama automovilístico. Sin embargo, esto no se puede hacer de un año a otro, tiene que ser una instauración progresiva a través de ciertas medidas que sancionen las emisiones de gases contaminantes, como las que se están implantando actualmente.
Y es que, durante mucho tiempo, comprar un coche diésel suponía ventajas a largo plazo para los conductores que recorrían una cantidad de kilómetros considerable. Por lo general, el coste de los coches que se alimentan con diésel es superior a los que lo hacen con gasolina. Sin embargo, el consumo es más bajo, sin olvidarse de que el coste del gasóleo había estado siempre por debajo del de la gasolina.
¿Cuál es la situación actual respecto al diésel y en qué influye la Guerra entre Ucrania y Rusia?
Las circunstancias actuales han cambiado de manera negativa para los propietarios de vehículos diésel. A día de hoy, el litro de gasóleo se paga un 12% más caro que el de gasolina, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Y es que hace un año, la gasolina era un 10% más cara que el diésel. De hecho, durante la última década, ha sido la dinámica habitual debido a que la brecha se había sostenido entre los 5 y los 15 céntimos por litro a favor del gasóleo.
Pero es que esto no se queda aquí, sino que según varios expertos no se va a revertir la situación a corto plazo. Por ejemplo, Repsol ha afirmado que se va a mantener la diferencia y también es probable que se agrande en los próximos meses. Esto se debe a la influencia de la Guerra entre Ucrania y Rusia, ya que las tensiones geopolíticas europeas tienen mucha trascendencia en los ámbitos sociales, económicos y políticos.
El diésel ruso y la Guerra de Ucrania
Un hecho importante en este aspecto es la restricción real que hay impuesta a las importaciones de diésel ruso por parte de los países europeos. Esto hace que haya una gran falta de oferta a día de hoy y además, Rusia es una de los principales países en la industria del refino. Siempre se ha dedicado a producir combustibles, como el diésel o la gasolina, gracias al petróleo. Por su parte, las refinerías europeas han experimentado varios imprevistos, como la huelga en Francia, algo que no ayuda en absoluto a su baja producción.
A esto, se le tiene que añadir la aparición del invierno y los meses más fríos del año, lo que hace que haya efectos en el precio del diésel. En esta época del año, el precio del diésel siempre sube respecto a otras temporadas, por lo que no se vienen ninguna buena noticia en este sentido.
El diésel, el encarecimiento del gas y la Guerra de Ucrania
El devenir del diésel también se ve influido por los altos precios del gas natural, los cuales se han instaurado en Europa y en otros países del mundo en los últimos meses fundamentalmente por la Guerra producida entre Ucrania y Rusia. Esto ha hecho que muchas empresas que utilizaban el gas como fuente principal de energía ya no lo usen y estén con el gasóleo. Lo que ha conseguido hacer crecer más la demanda y el precio, claro.
Por lo tanto, el coste del gasóleo puede que se vea aumentado en las próximas semanas, al igual que ocurrirá también en 2023. Esto indica que habrá meses en los que vamos a ver precios más altos del diésel. La ausencia de acuerdos políticos por la Guerra entre Ucrania y Rusia inciden de manera directa en estos precios del diésel, por lo que no se puede esperar una solución temprana, al igual que no la hay para el conflicto.
Eso sí, respecto a esto, el ascenso del precio del crudo no ha tenido efectos negativos en los ingresos de la petrolera Repsol. Por ejemplo, ellos han obtenido un beneficio neto de 3.222 millones de euros en los nueve primeros meses del año 2022. Esto supone un incremento del 66% respecto al año anterior. Lo que se da debido a la gran subida del petróleo (el barril Brent se encareció un 55% en ese periodo).
Normativa Euro 7, la medida que jubilará a los coches diésel
A todo este panorama, se le suma la normativa sobre emisiones de la Unión Europea. Esta hará que las marcas de coches reduzcan sus ofertas de motores diésel y gasolina a partir de los próximos años. Por ejemplo, Mercedes-Benz es una de las primeras firmas que ha reconocido esto a través de sus directivos, pero sin duda alguna no será la única que tendrá que hacerlo para cumplir con la normativa. La transición hacia la sostenibilidad y hacia la movilidad eléctrica cada vez se está haciendo más patente y esta es una de sus grandes medidas para instaurarla de manera definitiva.
Con esta norma, habrá mayor presencia de catalizadores y un monitoreo constante de las emisiones. Pero la dificultad que tiene implantarla es que se quiere aplicar en 2025, lo que se aprecia como demasiado pronto. Esta normativa no se centra en las emisiones de CO2, pone su foco en las emisiones de gases nocivos. Estos son el óxido de nitrógeno (no sólo del diésel), el monóxido de carbono, los hidrocarburos no quemados y las partículas finas.
Por otra parte, las industrias del motor deberán cumplir esta normativa para homologar sus nuevos modelos con motores de combustión. En caso contrario, será imposible sacarlos al mercado. Y es que la normativa Euro 7 es más restrictiva, con ella se quiere disminuir los gases contaminantes entre un 60 % y un 90%, además de limitar o acabar con contaminantes que antes se permitían. Algunos de ellos son el amoníaco (presente en los los filtros catalíticos SCR de los diésel con AdBlue), el metano o el óxido nitroso.
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