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Con la transición hacia la movilidad eléctrica y sostenible que estamos viviendo, la DGT ha decido parar el proceso de las nuevas etiquetas medioambientales. «No es el momento oportuno», afirmaba el director general de la Dirección General de Tráfico Pere Navarro. Y es que en el verano de 2020, el Gobierno ya confirmaba que se iban a introducir un cambio en los distintivos medioambientales, introduciendo así la nueva etiqueta D. Esta era correspondiente a los coches mild-hybrid. Sin embargo, esto no ha ocurrido aún y dicha nueva categoría no se verá al menos en esta legislatura de la DGT.
Esto se debe a que la industria del motor no se encuentra en el momento idóneo para implantar más reformas. La medida de hecho ya llevaba cierto retraso y ya el director general de la DGT lo ha terminado de confirmar. «El trabajo está hecho, pero no se ha llegado a ningún acuerdo entre el Gobierno y el sector de la automoción”, exponen desde la DGT. Además, detrás de todo esto, se encuentra la crisis por la falta de materiales para la fabricación de automóviles, entre ellos están los microchips, los cables, el magnesio y el aluminio. Como decimos, además el fin principal de estas nuevas etiquetas era la de introducir mejor los vehículos myld-hybrid ya que estos tienen etiqueta ECO ahora mismo.
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La principal modificación que se iba a implantar era la eliminación de la etiqueta ECO. De esta manera, se añadiría una nueva etiqueta D donde estarían algunos de los vehículos que actualmente encajan en esa categoría. Otra de las nuevas medidas era la categorización de coches también según las emisiones (WLTP) y no solo del tipo de tecnología. Esto tendría mucho peso en los vehículos híbridos enchufables, los cuales muchas veces se ponen con etiqueta CERO cuando sí emiten emisiones.
Dentro de esta nueva propuesta de la DGT, se incluían cinco etiquetas medioambientes. Por un lado, estaba la etiqueta A sin distintivo para coches de gasolina y diésel más contaminantes. Luego se encontraba la etiqueta B para los coches de gasolina Euro 3 y los diésel Euro 4 y Euro 5. También se encontraba una etiqueta C con los gasolina Euro 4 y los diésel Euro 6a, 6b y 6c. Eso sí, estos contaba con un extra que era que tenían que lograr un límite de emisiones de 137 g/km de CO2. A esto, se le iba a añadir la mencionada etiqueta D, la cual incluiría la mayoría de los Eco actuales, con algunos procedentes de otras etiquetas. Por lo que, estarían los híbridos (enchufables, mild-hybrid, los de gas y los gasolina más modernos como los Euro 5, Euro 6 y diésel Euro 6d).
Por último, estaría aún también la etiqueta CERO, aunque con ciertos cambios que harían incluir sólo los coches totalmente eléctricos y los de pila de combustible de hidrógeno. En ella, sólo estarían los que realmente emitan 0 g/km de CO2.
Este retraso de las medidas hace que se alargue un poco más las compras de vehículos que no son 100% CERO. Y es que las etiquetas medioambientales se utilizan como referencia para numerosas normativas de la DGT, como puede ser la entrada a las zonas de bajas emisiones en algunas ciudades. Sin embargo, el hecho de que no se cambie a esta nueva clasificación hará que los consumidores pueden seguir comprando vehículos con etiquetas CERO y ECO. Como hemos dicho, la etiqueta CERO futura tendrá más restricciones, pero con la acción de la DGT se agranda el margen que se tendrá para comprar un vehículo con esta etiqueta. De hecho, estos coches a veces son más baratos y portarán la etiqueta más sostenible aunque no sean totalmente eléctricos.
Esto se traduce en un mayor margen para los consumidores y para la industria a la hora de comprar y vender vehículos con otras etiquetas. El etiquetado que está activo ahora por la DGT data del año 2016 y, aunque ahora no se implemente, su modificación no tardará tanto en llegar. Eso sí, se gana más margen para adaptarse a la nueva movilidad y hacer frentes a los graves problemas que hay hoy en día en la industria.
Al ver esta actuación de la DGT, las asociaciones ecologistas han lanzado sus quejas e indignación al organismo. Obviamente, ellos abogan por esta implementación de la norma de una manera rápida y efectiva para no perder más tiempo en la transición hacia la sostenibilidad. Tanto es así que han elevado una queja acusando a la Dirección General de Tráfico de bloquear esta modificación.
Entre las asociaciones que la han expresado, se encuentran Ecodes, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace y T&E. Según ellas, se consideran fundamentales y necesarios estos cambios para seguir en el camino hacia una movilidad limpia y eficiente en las ciudades.
Desde sus propias declaraciones, se observa un descontento con la DGT en la puesta en marcha total del proceso de descarbonización de las ciudades, algo que impacta de maera negativa sobre la calidad del aire en estos núcleos urbanos. A todo esto, suman que sólo se ha pronunciado Pere Navarro, el cual ha hecho referencia a «la paralización del proceso de cambio de las etiquetas medioambientales únicamente por una falta de acuerdo». Por último, el portavoz de T&E ha afirmado que es absurdo que la DGT sustituya al Ministerio de Transición Ecológica en este proceso. Desde la organización, se piensa que este último debería ser el organismo que se haga cargo de esta gestión.
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