Hacia un futuro sin coches de combustión

El objetivo internacional que se tiene que cumplir en cuanto a movilidad sostenible es el de reducir en al menos el 55% las emisiones de gas de efecto invernadero para 2030. Para ello, se están aplicando diferentes políticas medioambientales, como las que hemos explicado hasta ahora. Todas ellas relacionadas con la automoción y su reducción de emisiones. La idea de la Unión Europa es que sólo se puedan vender vehículos eléctricos o híbridos enchufables para 2030. Es decir, que ya no se fabriquen coches con motores diésel y de gasolina.

A día de hoy, hay un total de 3 millones de coches eléctricos e híbridos y 2 millones de autobuses, motocicletas y camiones del mismo tipo, según se afirma en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. A todo esto, le está afectando en gran medida la falta de semiconductores, los cuales son necesarios para la centralita del coche y otros elementos del vehículo. En este sentido, los semiconductores ahora cuestan más dinero que antes, por lo que los fabricantes tienen que subir el precio de sus coches para cubrir las pérdidas. Por otro lado, en España existen unos 13.000 puntos de recarga, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).

¿Cómo será la movilidad sin coches de combustión dentro de 20 años?

Dentro de 20 años, se esperan muchos cambios en este sentido, la implantación total de los vehículos eléctricos es uno de los más esperados. Eso sí, lo que no sabemos es cómo serán exactamente las ciudades del futuro, aunque sin duda estaremos ante ciudades inteligentes. La tecnología invadirá nuestras calles, mientras que los coches autónomos y eléctricos serán los que predominen en las carreteras.

Por un lado, una de las tendencias actuales que influirán en que todo cambie en dos décadas es la creciente presencia de la bicicleta. Esto se debe a que la movilidad sostenible no se encuentra únicamente reservada para los coches, al final en la movilidad privada e individual se puede hacer uso de otros elementos. De hecho, la bicicleta está ganando terreno en la mayoría de ciudades españolas, debido a que permite moverse hasta el punto de destino de una forma rápida y ágil. Por lo que, no es raro que cada vez haya más colectivos ciclistas y vecinales que reclamen más carriles bici. Un aspecto donde se debe mejorar es en la convivencia entre los diferentes medios de transporte que hay y que habrá en un tiempo. Este elemento también supone una alternativa y una medida contra la masificación de personas en el transporte público, sobre todo para distancias cortas y esto seguirá avanzando de aquí a 20 años.

La implantación de los vehículos eléctricos y autónomos

En primer lugar, hay que señalar que los coches autónomos en 20 años serán capaces de llevarnos solos. Esto se debe a que varias compañías tecnológicas que ya están trabajando en grandes pruebas en algunas ciudades. Por ejemplo, en Gelderland (Holanda) ya circulan en pruebas algunos coches, al igual que ocurre con los autobuses autónomos. De hecho, con los avances se espera que el actual nivel 2 de autonomía llegue hasta el 4 o al 5 en los próximos años, algo que supondría una conducción autónoma total.

Si hablamos de vehículos eléctricos y movilidad eléctrica, podemos hablar de Noruega. Este es uno de los países más avanzados en este sentido, al igual que ocurre con Países Bajos. Allí la movilidad urbana cada vez se está electrificando más, por lo que las estaciones de carga están muy presentes en calles, gasolineras y centros comerciales, entre otros lugares. Sin embargo, no nos podemos olvidar de China, el cual es el país más avanzado. Tanto es así que el 60 % de las nuevas matriculaciones de allí son de vehículos eléctricos y se calcula que ya hay más de 400.000 puntos de carga instalados.

¿Hasta dónde llegará la normativa Euro 7 en los coches diésel?

La normativa sobre emisiones de la Unión Europea hará que las marcas del motor disminuyan sus ofertas de motores de combustión interna a partir de los próximos años. Mercedes-Benz ha sido una de las primeras firmas que ha reconocido esto a través de sus directivos. Y es que al final, la transición hacia la sostenibilidad cada vez es más patente en todos los aspectos de la sociedad. En este sentido, la normativa Euro 7 no se queda aquí y pretende imponer más medidas para los coches de combustión y, entre ellos, los diésel. Por ejemplo, para que un vehículo sea homologado, este tendrá que cumplir totalmente los límites de emisiones establecidos en cualquier situación. Y esto no sólo se circunscribe al momento de su homologación o posible ITV, tendrá que ser en todo momento.

Esto será posible registrarlo gracias a que todos los coches nuevos equiparán un sistema de diagnóstico integrado. Elemento que estará incluido en el ordenador del vehículo y el cual analizará el motor en todo momento, garantizando de esta manera el cumplimiento de los límites de emisiones durante al menos más de 200.000 km. El objetivo a cumplir con ello es la evitación de que cualquier fabricante pueda realizar alguna trampa y camufle las emisiones reales. Algo que ya ocurrió con los coches de Volkswagen y su ya famosos Dieselgate.

Más detalles sobre esta medida de la Euro 7

La Euro 7 se prevé como una normativa dura para los coches de combustión y, por ello, para los coches diésel. Según diferentes documentos preliminares, los coches de gasolina también deberían estar equipados con una serie de nuevos equipamientos, además llevar incluido siempre el sistema de monitoreo.

Entre estos equipamientos, destaca el catalizador eléctrico, el cual se calentará nada más encenderse el motor, dos catalizadores de tres vías, un filtro de partículas y un sistema SCR de reducción catalítica selectiva de paso del amoniaco. Este último será más potente que los que existen hoy en día.

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